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Ramadán es el noveno mes del calendario lunar islámico. Todos los días durante este mes, los musulmanes de todo el mundo pasan las horas del día en un ayuno completo.
Durante el bendito mes de Ramadán, los musulmanes de todo el mundo se abstienen de toda comida, bebida y otras necesidades físicas durante el día (como fumar o tener relaciones sexuales). Ramadán es mucho más que simplemente no comer y beber; Es un tiempo para purificar el alma, reenfocar la atención en Dios y practicar la autodisciplina y el sacrificio.
El ayuno durante el mes de Ramadán se considera uno de los 5 pilares del Islam, cinco actividades que dan forma a la vida de un musulmán. La oración ocurre diariamente; la peregrinación se realiza una vez en la vida; La caridad y la profesión de fe son continuas. Ayunar el mes de Ramadán es una celebración anual; cada año, los musulmanes se toman un mes entero de sus vidas para observar este ayuno estricto y se dedican nuevamente a la adoración y la fe.
Los musulmanes deben utilizar este mes para reevaluar sus vidas a la luz de la orientación islámica.
Debemos hacer las paces con aquellos que nos han perjudicado, fortalecer los lazos con familiares y amigos, eliminar los malos hábitos, esencialmente para limpiar nuestras vidas, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. La palabra árabe para "ayunar" (sawm) significa literalmente "abstenerse", y significa no solo abstenerse de comer y beber, sino de malas acciones, pensamientos y palabras.
Los musulmanes sienten los efectos físicos del ayuno como un recordatorio de aquellos que sufren durante todo el año, aquellos que son pobres, sin hogar, refugiados, y que no pueden satisfacer sus necesidades básicas. Les recuerda a los musulmanes que no sean derrochadores y que sientan empatía por aquellos que enfrentan hambre a diario. Deberíamos sentir gratitud por las recompensas de Allah: agua limpia, suficiente comida saludable, comodidad de un hogar, salud de los miembros de nuestra familia. Hay muchas personas en el mundo que deben sobrevivir sin estas necesidades básicas, y el Ramadán es un momento para agradecer y reafirmar nuestro compromiso de ayudar a los necesitados.
Durante el Ramadán, cada parte de nuestros cuerpos debe estar restringida. La lengua debe ser restringida de murmuraciones y chismes. Los ojos deben evitar mirar cosas ilegales. La mano debe dar caridad, y no tocar ni tomar nada que no le pertenezca. Los oídos deben abstenerse de escuchar palabras ociosas o palabras obscenas. Los pies deben abstenerse de ir a lugares pecaminosos. De tal manera, cada parte del cuerpo observa el ayuno.
Por lo tanto, el ayuno no es meramente físico, sino que es el compromiso total del cuerpo y el alma de la persona con el espíritu del ayuno. El Ramadán es un tiempo para practicar la moderación; un tiempo para limpiar el cuerpo y el alma de impurezas y reenfocarse en la adoración a Dios y la caridad hacia la humanidad.